El
dolor lumbar es muy común, llegándolo a experimentar un 80% de las personas al
menos una vez a lo largo de su vida.
En
principio, un examen físico completo es frecuentemente capaz de determinar la
mejor forma de manejar la dolencia, y también determinar si puedes llegar a
necesitar pruebas de imagen diagnóstica (rayos X, resonancia magnética nuclear
o RMN, tomografía computerizada o TC, etc.) para descartar una patología grave.
Con
frecuencia, el dolor lumbar puede llegar a ser tan severo que el paciente
piensa que una RMN es necesaria. Si bien la RMN ofrece excelentes imágenes
sobre tu anatomía, puede no ser exitosa a la hora de indicar la fuente
específica de tu dolor. Un estudio publicado en noviembre de 2011 en la revista
JOSPT (Journal of Orthopaedic Sports and Science) hace un compendio de las
investigaciones que ponen de manifiesto cómo el uso innecesario cada vez mayor
de pruebas de imagen diagnóstica puede llevar a resultados menos que
favorables. Más específicamente, la investigación muestra que el sobreuso de
RMN en pacientes con dolor lumbar se relaciona con un mayor índice de
procedimientos quirúrgicos inconsistentes a la hora de reducir
significativamente los síntomas dolorosos y mejorar la función en el día a día.
NUEVO
PLANTEAMIENTO
Los
autores del estudio realizaron un compendio de las guías clínicas actuales y de
la investigación disponible sobre dolor lumbar y pruebas de imagen diagnóstica.
Las conclusiones son las siguientes:
· Los
hallazgos en RMN de hernias de disco lumbares son comunes tanto en individuos
con como en individuos sin dolor lumbar (lo cual viene a decir que el hallazgo
en pruebas de imagen diagnóstica de una hernia lumbar no guarda necesariamente
relación con dolor lumbar).
· Algunos
estudios mostraron que hasta el 90% de los individuos sanos mayores de 60 años
mostraron protrusiones de disco en las pruebas de RMN. Nuevamente, esto es
indicativo de que la presencia de protrusiones discales en la RMN no es
equivalente a experimentar dolor lumbar, pues muchas personas sin dolor lumbar
muestran en la RMN estas protrusiones.
·
Además, la decisión de realizar una prueba de imagen diagnóstica acto seguido a
un episodio agudo de dolor lumbar puede no estar justificado, considerando el
hecho de que muchos pacientes muestran signos de mejoría poco después del pico
de dolor lumbar.
Por
tanto, si bien la RMN está indicada para descartar patologías severas, no
debería ser usado como método para guiar la toma de decisiones al respecto de
cómo abordar mejor el tratamiento del dolor lumbar. Se estima que la mitad de
las TC y un tercio de las RMN realizadas de columna lumbar no son necesarias ni
justificadas.
CONCLUSIONES
La RMN
en casos de dolor lumbar agudo de nueva aparición debería usarse como guía sólo
cuando se sospecha de una patología grave subyacente, si hay progresión de los
síntomas de entumecimiento o debilidad en la pierna, y/o si los resultados de
las pruebas de imagen son suficientes para cambiar tus opciones de tratamiento
inmediatas.
Un
fisioterapeuta puede realizar un examen físico exhaustivo para determinar si es
justificable indicar pruebas de imagen diagnóstica. Además, el tratamiento de
fisioterapia es seguro y recomendado para el tratamiento del dolor lumbar. En la
mayoría de los casos, no es necesaria una RMN previa para comenzar un
tratamiento. Y lo más importante, comenzar el tratamiento de fisioterapia de
forma precoz puede acelerar tu recuperación y tu rehabilitación a tus
actividades de la vida diaria.
COMENTARIO
PERSONAL
Yo mismo,
hace unos 4 años tuve un episodio de dolor agudo lumbar, que con el tiempo se
hizo crónico. Las recomendaciones médicas iniciales que me dieron fueron reposo
(es decir inactividad) y la realización de una RMN, en las cuales se observaron
protrusiones discales en los niveles L4-L5 y L5-S1 (que como ya hemos
comentado, no tienen por qué ser el origen del dolor lumbar que se está
experimentando, y además pueden guiar por el camino equivocado el abordaje del
dolor).
Aparte
de indicarme reposo tras el episodio de dolor agudo, no me dieron ninguna
recomendación acerca de cómo afrontar este nuevo dolor a medio ni a largo
plazo, así que mi respuesta normal como persona que aún no había empezado a
estudiar fisioterapia fue desarrollar miedo al movimiento y a la práctica
deportiva, lo cual no hizo más que contribuir a que este nuevo dolor se
volviera crónico. No en vano se relaciona la inactividad con la cronificación
de un dolor agudo y el miedo al movimiento, y por ello es tan importante evitar la inactividad una vez
pasados los primeros días de dolor agudo y ponerse en manos de un profesional
capaz de guiarnos sobre cómo afrontar este nuevo dolor desde el principio. En
mi caso, no fue hasta casi dos años después que encontré a un fisioterapeuta
que me guió en la rehabilitación, indicándome hacer ejercicios abdominales y
práctica deportiva, que retomé el vuelo, y ahora he vuelto a poder practicar
deporte sin miedo a sufrir dolor.
BIBLIOGRAFÍA
Flynn TW et
al. Appropriate Use of Diagnostic Imaging in Low Back Pain: A Reminder that
Unnecessary Imaging May Do as Much Harm as Good. J Orthop Sports Phys Ther
2011;41(11);838-846.
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