El propósito del test del cajón anterior es detectar inestabilidad anterior y laxitud del ligamento cruzado anterior (LCA).
TÉCNICA
La posición del paciente es en decúbito supino, con la rodilla flexionada 90º y el pie apoyado en la camilla.
El examinador estabiliza el pie del paciente sentándose en el dorso del antepié. Coloca ambas manos alrededor de la parte superior de la tibia, con los pulgares colocados sobre la línea articular anterior (con esta toma además se pueden palpar los tendones de los isquiotibiales para asegurarse de que éstos están completamente relajados, y que no hay resistencia voluntaria o involuntaria al test).
ACCIÓN
Se desplaza la tibia en dirección anterior con ambas manos, y se compara el grado de traslación anterior con la otra rodilla. Hay que valorar la calidad del final de movimiento (si el ligamento está intacto, se notará un "tope ligamentoso").
El test es positivo si hay un aumento de la traslación anterior de la tibia, además de la pérdida de la resistencia ligamentosa normal, indicando una lesión significativa.
En una rodilla sana, es normal una traslación anterior de la tibia de aproximadamente 6 mm con esta prueba (Magee 2008). Si el LCA está lesionado en combinación con el ligamento o la cápsula mediales, el grado de traslación anterior será mayor (15 mm o más).
Si el ligamento cruzado posterior (LCP) se ha lesionado también, puede ser difícil establecer la posición inicial normal para esta prueba. La laxitud o ruptura del LCP hará que la tibia caiga hacia posterior (posterior sag sign), que posteriormente puede llevar a la falsa impresión de un cajón anterior aumentado. Es por tanto necesario descartar esta condición antes de valorar un aumento del cajón anterior.
CONTEXTO CLÍNICO
El test ha demostrado un alto grado de especificidad (Jackson et al 2003) aunque las dudas acerca de su grado de sensibilidad llevó a que otros estudios concluyeran que el test del cajón anterior debe ser usado como test secundario al más sensible test de Lachman, o al test de pivot shift (Benjaminse et al 2006, Jackson et al 2003), Ostrowski 2006, Scholten et al 2003). No obstante, es un test más sencillo de realizar, por lo que para los clínicos menos expertos, los resultados del test del cajón anterior pueden ser más útiles que intentar detectar anomalías con el test de pivot shift.
Una evaluación compuesta por diversas pruebas relacionadas con la condición física de la rodilla (incluyendo el test del cajón anterior) produjo resultados más precisos que el uso aislado de un sólo test para el diagnóstico de lesiones ligamentosas y meniscales (Solomon et al 2001).
La sensibilidad de todas estas pruebas mejora cuando se examina con el paciente anestesiado o en las fases subaguda o crónica de la lesión.
FALSOS RESULTADOS
En la posición de flexión de rodilla 90º, el ligamento colateral medial y la cápsula posterior limitan también la traslación tibial anterior. Si estas estructuras están intactas y la lesión del LCA es aislada, el test del cajón anterior será normal, produciéndose un falso negativo.
Otros factores que pueden llevar a un falso negativo son un espasmo muscular de los isquiotibiales, una rotura meniscal en asa de cubo que bloquee la traslación anterior de la tibia, o una rotura parcial del LCA que se haya adherido al LCP durante el proceso de recuperación.
Un falso positivo (traslación anterior aumentada incluso cuando el LCA está intacto) puede ocurrir con la rotura del ligamento coronario medial (meniscotibial) (Magee 2008). El aumento de traslación anterior del cóndilo tibial medial debería llevar al examinador a realizar test multiplanares (slocum test) para valorar la inestabilidad rotacional.
BIBLIOGRAFÍA
Hattam P, Smeatham A. Special Tests in Musculoskeletal Examination. An evidence-based guide for clinicians. 1ª Ed. Elsevier; 2010.
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